Todo el mundo tiene un precio

Por muy claras que tengas las ideas y por muy enamorado/a que estés de tu pareja, todo el mundo tenemos un precio y cuando nos plantan delante de los morros un buen fajo de billetes se nos nubla el pensamiento. Esta preciosidad no lo tuvo fácil, le costó muchísimo decidirse porque tenía novio y era muy feliz con él, pero no hay nada que el dinero no pueda pagar.